El momento de la definición por Lima
"Hay que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos."
A pocos días de las elecciones municipales y regionales, ya quedan definidas ciertas tendencias en los resultados del domingo 5 de Octubre. Y con respecto a Lima, el debate final entre los trece candidatos ha permitido esclarecer algunos aspectos que es importante mencionar:
1.- Una inminente victoria de Castañeda Lossio que ha mostrado una incapacidad, sin saber que cosa quiere hacer realmente cuando este nuevamente en el sillón municipal. Sin un plan de gobierno coherente, mostrando sus “obras” ya realizadas como su principal plus. La propuesta del monorriel es una tomadura de pelo a la ciudadanía. Ahora cabe esperar que el porcentaje que obtenga sea menor a lo que las encuestadoras promocionan, y es muy probable que este porcentaje sea parecido al obtenido por el SI en la revocatoria (48.8%).
2.- La cultura dominante del electorado limeño en aceptar la informalidad, el criterio de “roba, pero hace obra” ha provocado que el ciudadano no le interese el desempeño de un cargo político basado en la democracia, la transparencia y la honestidad. Al electorado limeño, no le importa que el político sea un delincuente o corrupto con tal de que cumpla una función pragmática e inmediatista. Esta situación es lamentable y decepcionante en la cultura mayoritaria del electorado y los años que vienen pueden favorecer el escenario a otros “delincuentes mayores” como el caso de Alan García.
3.- La campaña particular del candidato Heresi ahora llamado “el Salvador”, convertido en una figura mesiánica y buscando lo imposible para obtener un triunfo electoral. Dejando sus coreografías estrambóticas y pasando ahora a llamar al ejército de “salvación” para lograr acabar con el principal problema que afecta a la ciudadanía: La delincuencia. Prometiendo que ante la llegada al sillón municipal conversará con el presidente de la república para declarar a Lima en estado de emergencia. Una demagogia que no hace recordar a los tiempos del fujimorismo más recalcitrante.
4.- La aparición de Cornejo como uno de los candidatos más técnicos y políticos de la campaña: buen orador y un manejo del escenario. Puede ser la sorpresa en las elecciones ocupando un tercer lugar. Pero, lamentablemente, la opinión pública logró ser cautivada por la retórica del candidato, como fue con expresidente García en 1985. Igualmente, es decepcionante que el partido aprista visto como el más corrupto puede obtener una cantidad de votos considerables y que esto le permita hacer una alianza con la agrupación de Solidaridad Nacional para obtener mayoría en el concejo municipal venidero.
5.- El papel de los medios de comunicación, todos ellos controlado por grupos de poder conservadores, en su mayoría. Colocan en sus titulares día a día la discusión de la opinión pública. La cual se expresa en una campaña agresiva, desde hace mucho tiempo, contra la figura de la candidata Villarán y su apoyo indirecto a Castañeda Lossio.
6.- El desgaste de la candidatura de Susana Villarán que desde el primer momento de su campaña reeleccionista no logró tener un cálculo político en establecer alianzas con diferentes agrupaciones más coherentes al perfil que muestra (ser una candidata de centro izquierda) y no promovió a jóvenes candidatos a regidores que han tenido, desde años atrás, un destacado papel como en la campaña del NO por la revocatoria.
7.- Susana Villarán ha mostrado, nuevamente, la imagen de “victima”, esto pudo funcionar al inicio; pero a estas alturas, cansa, al ser reiterativo. El hecho de presentar sus obras, recientemente, en la última parte de la campaña no es estratégico, pues evidencia la falta de comunicación hacia la ciudadanía en toda su gestión municipal. No obstante, no se puede negar los aspectos positivos de su gestión: la promoción cultural, la ejecución de obras públicas, el traslado del mercado “la parada” y el impulso de desarrollar reformar, aspectos centrales que merecen continuidad. Por ello, entre los trece candidatos, a pesar de todo se merece el apoyo del electorado.
Diversos analistas y periodistas han expresado su respaldo a Villarán como César Hildebrandt, Raúl Wiener, Raúl Tola y Antonio Zapata, los cuales argumentan su apoyo a esta candidata considerándola un “mal menor” o dando un “voto crítico”. Hay un sector del electorado que votará por ella como parte de un voto “anticastañeda”. Creo que todos estos argumentos son válidos, pero es importante mencionar que todo ello es parte de una lucha política en la búsqueda de promover espacios democráticos, de tolerancia y continuidad en los procesos de reformas que esta gestión realiza, por ello, mi voto “político” es para Susana Villarán.